Conexión Asia

DF Conexión Asia | La pertinencia del Indo-Pacífico

Juan Pablo Toro V. Director ejecutivo de AthenaLab

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Cuando ya despuntaba 2023, Corea del Sur se sumó a la lista de países —como Australia, Canadá, Nueva Zelanda, India, Indonesia, Japón, Reino Unido y los 27 de la Unión Europea (liderados por Francia)— que adoptaron el concepto estratégico de Indo-Pacífico.

En su esperado documento, Seúl advirtió sobre la pérdida de estabilidad, una mayor inseguridad y un retroceso democrático, sin apuntar a nadie en particular como responsable. Marcando la diferencia, no solo ocupó las palabras de “libre” y abierto” para describir su visión de la macrozona, sino también incluyó el adjetivo “pacífico”.

“Países como Chile tendrán que salir a demostrar que sí son parte del Indo-Pacífico, porque su prosperidad depende de la estabilidad de la región”.

Es difícil no estar de acuerdo con el primer diagnóstico. Tampoco resulta factible cuestionar el concepto de Indo-Pacífico, que es tanto un lugar definido por la confluencia de dos océanos, como una ideal compartido donde la prosperidad surge del libre comercio, del apego a las reglas internacionales y de sociedades abiertas.

No obstante, quienes sólo lo ven como una narrativa para contener la irrupción de China como potencia global que altera el statu quo vigente, en el fondo prefieren pasar por alto las distinciones que contienen las múltiples estrategias y quedarse en la superficie binaria.

A diferencia de Australia, Canadá, Estados Unidos, Japón y Reino Unido, que son asertivos a la hora de identificar a Beijing como el principal rival sistémico donde concentrar los esfuerzos, la Unión Europea, por ejemplo, no se hace cargo de la competencia que tensiona la región y se enfoca más bien en las políticas necesarias para darle gobernabilidad. El fortalecimiento de organismos multilaterales, infraestructura de calidad y la mejora de la seguridad marítima, en sentido amplio, hacen parte de sus propuestas.

Si se decide seguir profundizando más aún, notaremos que, con la excepción de Japón, Francia y Corea del Sur, las naciones latinoamericanas ribereñas no son consideradas como parte del gran del Indo-Pacífico en la mayor parte de las estrategias. Lo cual plantea todo un desafío para países como Chile, que tendrán que salir a demostrar que sí lo son, debido a que su prosperidad depende de la estabilidad de la región.

Una manera lógica de comenzar es superar el obsoleto concepto de Asia-Pacífico, reemplazarlo, y de ahí diseñar una estrategia propia hacia el Indo-Pacífico. De la definición que hagan los líderes de una región saldrá la asignación pertinente de recursos disponibles para aprovechar las oportunidades y enfrentar las amenazas.

Como bien explica el ministro de Relaciones Exteriores de India, S. Jaishankar, la semántica no debiera oscurecer el hecho de que cada día que pasa ocurren acontecimientos que le dan a este concepto una mayor textura. Y si bien el Indo-Pacífico naturalmente significa diferentes cosas para diferentes potencias, lo claro es que representa una prioridad para todos ellas.

“Las aguas están cambiando mientras hablamos y el Indo-Pacífico no es el pronóstico de mañana, sino la realidad de ayer”, sentencia el diplomático en The India Way: Strategies for an uncertain world.

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